jueves, 16 de diciembre de 2010

“Angeles Asesinos”


En días pasados, presencié una escena que hacia años no contemplaba. Un niño jugando en la calle con un arma de fuego tan real, que en verdad me asustó.
El niño de algunos 6 ó 7 años, me apuntó con el arma y apretó el gatillo, haciendo el ¡boom! del disparo; que afortunadamente para mí, era solo parte de su fantasía.
Mi primera reacción fue hacerme cómplice de su jugada y fingí que me había herido, lo cual despertó en el niño la más sórdida carcajada que le pudiera escuchar a un infante.
Fue un momento imaginario en que preferí ser parte de su juego y no de su frustración. Pero en otro orden llegó mi segunda reacción, y  fue mirar mal al padre que lo acompañaba, (por que según mi marido sé poner muy bien mi cara de “pocos amigos”), lo que hizo que el señor se diera cuenta de mi desagrado ante el juguete.

Pasado el momento, critiqué severamente el hecho de que a estas alturas aun haya padres que compren pistolas a sus hijos y recuerdo que cuando niña, era muy recurrente ver entre los regalos de navidad o reyes de amigos y primos, las famosas armas que detonaban las más trilladas aventuras de policías y ladrones. Pero también sé que cada año que pasa más niños y adolescentes son portadores de armas,  y más personas mueren  a mano de los delincuentes juveniles, que parecen pasar de la ilusión a la realidad con una facilidad impresionante.

Después de pensar en todo esto me di cuenta de que no se educa lo suficiente para dejar de promover y fabricar estos juegos, que están presentes tanto en la ficción de las películas donde vemos a “los niños de las guerrillas” desde los 6 y 8 años cargando fusiles y escopetas; como en la fantasía del que aun juega a ser el “Llanero Solitario”. Sé que no todo el que empuñe un arma de juego será un criminal, pero definitivamente sí el que navegue a través de un libro o aprenda a tocar un instrumento musical, será mejor persona y profesional.
Así que en esta navidad, dejemos que nuestros Ángeles surquen el infinito de sus fértiles mentes sobre páginas de ensueño. Regala un libro en vez de un juguete que represente violencia. Nuestra nación necesita educación, y no más Ángeles que aspiren a ser asesinos. 

Raquel Cabrera 

miércoles, 3 de noviembre de 2010

¿Era mejor cuando éramos “brutas”?

Les dejo con este monólogo de la mujer moderna. ¿Será que si estábamos mejor antes?
Son las 5.00 A.M., el despertador no para de sonar y no tengo fuerzas ni para tirarlo contra la pared. Estoy acabada. 

Quiero quedarme en casa, cocinando, escuchando música, cantando, etc. Si tuviera un perro, lo pasearía por los alrededores. Todo, menos salir de casa, meterme en el carro y tener que poner el cerebro a funcionar.
!ME GUSTARÍA SABER QUIÉN FUE LA BRUJA IMBÉCIL, LA MATRIZ DE LAS FEMINISTAS, QUE TUVO LA  GRANDIOSA IDEA DE REIVINDICAR LOS DERECHOS DE LA MUJER, Y POR QUÉ HIZO ESO CON NOSOTRAS, QUE NACIMOS DESPUÉS DE ELLA. ¡
Estaba todo tan bien en el tiempo de nuestras abuelas: ellas se pasaban todo el día bordando, intercambiando recetas con sus amigas, decorando la casa, podando árboles, plantando flores, recogiendo legumbres de las huertas y educando a sus hijos. La vida era un gran curso de artesanos, medicina alternativa y cocina, sus esposos las cuidaban, amaban, las comprendían 
y lo mejor las mantenían. 

 Y DESPUÉS SE PUSO MEJOR, TENÍAMOS SERVIDUMBRE, LLEGO EL TELÉFONO, LAS TELENOVELAS, LA PÍLDORA, LA TARJETA DE CRÉDITO, AHORA LA INTERNET!!! CUÁNTAS HORAS DE PAZ!!!!
HASTA QUE VINO UNA SOLTERONA MARIMACHO Y FEA, A LA QUE POR LO VISTO NO LE GUSTABA EL CORPIÑO, NI DEDICARSE AL HOGAR, VINO A CONTAMINAR A VARIAS OTRAS REBELDES INCONSECUENTES CON IDEAS RARAS SOBRE 'VAMOS A CONQUISTAR NUESTRO ESPACIO'. ¡QUÉ ESPACIO NI QUÉ CARAJO!!!

Si ya teníamos la casa entera!!! Todo el entorno era nuestro, el mundo a nuestros pies!
Teníamos el dominio completo sobre los hombres; ellos dependían de nosotras para comer, vestirse, manejar sus cuentas, y ahora... ¿donde diablos están? no lo sabemos ... pues ni siquiera nos queda tiempo para ir al almorzar con ellos y nos la pasamos todo el día tan ocupadas que toca creerles y confiar en ellos.  


Después de un largo día acabamos agotadas, exhaustas, ni hacer el amor queremos, nos duele la cabeza, argumentamos mil tarugadas por cansancio... Para que tanto poder? Díganme!!! Si ya ni complacer a nuestro marido podemos!!!!!!

Ahora ellos están confundidos, no saben qué papel desempeñan en la sociedad, HUYEN DE NOSOTRAS, COMO EL DIABLO DE LA CRUZ, LES DAMOS MIEDO, TANTA INDEPENDENCIA ACABO POR HACERLOS HUIR!!! 

 
Tenemos que ser EJECUTIVA, ESPOSA, MADRE, HIJA, AMIGA, Dirigir la oficina, hacer las tareas de los hijos, velar para que nuestra casa siempre esté impecable y la empleada no haga estragos, cocinarle de vez en cuando al marido para que no se aburra ( Porque una de dos: o come en la calle o donde la mamá), asistir a reuniones en el colegio de los niños, llevarlos al médico, a la natación, al karate, a la nivelación, etc. etc, etc. 

De repeso tenemos que llegar a casa primero que nuestro esposo, para alcanzar a darnos un buen baño y nos encuentre fresca, divina, rozagante, echarnos toooodas las cremas (La humectante de la noche, la rejuvenecedora, la de las patas de gallina, la de los labios, la de las mejillas, la de las cejas, la del cuerpo, la de la celulitis, la antiestrías, la extrahumectante para codos y rodillas, la kerastase y encima cepillar el cabello 100 veces para que crezca sano y tenga brillo, etc, etc, etc. Fuera de eso estar dispuestas a darle gusto en la cama porque sino sale a la calle a buscarse otra que esté bien buena, bruta y mantenida.
Ese chistecito, acabó llenándonos de deberes. Y lo peor de todo, acabó lanzándonos dentro del calabozo DE LA SOLTERÍA CRÓNICA AGUDA!!!  
Antiguamente los Matrimonios duraban para siempre. Y AHORA SI TE DIVORCIAS HASTA HAY QUE MANTENERLOS O COMPARTIR CON ELLOS LA MITAD DE LOS QUE CON TANTO ESFUERZO HAS CONSEGUIDO!!!!!!!!

¿Por qué, díganme por qué, LIBERACIÓN FEMENINA?...que sólo no era más fácil  ser frágil y dejarnos guiar por la vida, por qué competir con los machos?

MIREN EL TAMAÑO DEL BÍCEPS DE ELLOS Y MIREN EL TAMAÑO DEL NUESTRO. ESTABA MUY CLARO, CADA QUIEN EN SU SITIO DESDE ADÁN Y EVA....LIBERACIÓN FEMENINA...ESTO NO IBA A TERMINAR BIEN!

No aguanto más ser obligada al ritual diario de estar flaca como una  escoba, pero con tetas y culo duritos, para lo cual tengo que matarme en el gimnasio, hacerme mantenimiento en el quirófano, además de morir de hambre, ponerme hidratantes,
anti arrugas, padecer complejo de radiador viejo tomando agua a todas horas, y demás armas para no caer vencida por la vejez, maquillarme impecablemente cada mañana desde la frente al escote, tener el pelo impecable y no atrasarme con las mechas, que las canas son peor que la lepra; elegir bien la ropa, los zapatos y los accesorios,( Studio F) no sea que no esté presentable para esa reunión de trabajo, tener que resolver la mitad de las cosas por el Blackberry, instalarme todo el día frente al PC trabajando como una esclava (moderna, claro está), con un teléfono en el oído y resolviendo problemas uno detrás de otro, que además ni son mis problemas!!!

Todo para salir con los ojos rojos (por el monitor, claro, porque para llorar de amor no hay tiempo).

Y mira que teníamos todo resuelto!!!
Estamos pagando el precio por estar siempre en forma, sin estrías, depiladas, sonrientes, perfumadas, uñas perfectas, blower estupendo y planchado. Sin hablar del currículum impecable, lleno de diplomas, especializaciones y doctorados; para qué???? Para que mires alrededor y te ves vieja, fea, sola, acabada, tu marido te dejó, tus hijos crecieron, se casaron, y qué???????

NOS VOLVIMOS 'SÚPER MUJERES’. PERO EN EL FONDO AÚN NOS DISCRIMINAN Y TENEMOS MAS RESPONSABILIDADES QUE ANTES Y DÍGANME AQUÍ ENTRE NOS CON EL CORAZÓN EN LA MANO... SOMOS FELICES???? NOOOO QUE VA, PURO CUENTO!!
¡¡BASTA!!!

Quiero que alguien me abra la puerta para subirme al auto, , que corra la silla cuando me voy a sentar, que me mande flores, que me dé serenatas en la ventana, que me haga masajes en la tina y me trate como su porcelana... Si nosotras ya sabíamos que teníamos un cerebro y que lo podíamos usar. ¿¿Para quééééé había que demostrárselo a ellos??

Ay, Dios mío, son las 5:30 A.M y tengo que levantarme.... ¡Que fría está mi solitaria y grandísima cama!... CARAJOS!...quiero que mi maridito llegue del trabajo, que se siente en el sofá, que disfrutemos de una cena juntos, que me haga el amor, que me haga sentir mujer... porque descubrí que es mucho mejor servirle una cena casera que atragantarme con un sándwich y una coca-cola LIGHT-Zero mientras termino el trabajo que me traje a casa


No, mis queridas colegas, inteligentes, realizadas, liberadas...y abandonadas y lo peor aun PENDEJAS!. ESTOY HABLANDO MUY SERIAMENTE... RENUNCIO A  MI PUESTO DE MUJER MODERNA. 


QUIERO QUE ME CONSIENTAN, ME TRAIGAN EL DESAYUNO A LA CAMA, QUIERO HACER EL AMOR CON GANAS, NO QUIERO MÁS BB’S, ESTRÉS, MIGRAÑAS, REGAÑOS DEL JEFE, RECLAMOS DE MIS HIJOS PORQUE NO LES PRESTO LA ATENCIÓN QUE NECESITAN (YA NO DOY MAS, HAGO LO QUE PUEDO).... QUIERO UNA VIDA TRANQUILA SIN LLEVAR A CUESTAS LAS CONSECUENCIAS DE LA GLOBALIZACIÓN Y LIBERACIÓN FEMENINA!
 ¿Alguien más se suma...?
 

viernes, 22 de octubre de 2010

El Sexo, dicho por ella...

Hace días llegó este texto a mi mail, enviado por alguien  muy querido para mí. La recomendación era: léelo, que está muy interesante!. Así lo hice y debo admitir que más que interesante me pareció hilarante, y esto me sorprendió. Digo que me sorprendió por que nunca esperé que una narrativa de la pluma de esta señora fuera tan colorida y hasta jocosa. Conocí otra faceta y quiero compartirlo. Así que les paso el consejo: No dejen de leerlo; vale la pena!


El sexo, según Isabel Allende 

Mi  vida sexual comenzó temprano, más o menos a los cinco años, en el kindergarten de las monjas ursulinas, en Santiago de Chile. 

Supongo  que hasta entonces había permanecido en el limbo de la inocencia, pero no tengo recuerdos de aquella prístina edad anterior al sexo. 
Mi primera experiencia consistió en tragarme casualmente una pequeña muñeca de plástico. 

-Te  crecerá adentro, te pondrás redonda y después te nacerá un bebé - me  explicó mi mejor amiga, que acababa de tener un hermanito. 

¡Un hijo! Era lo último que deseaba. 
Siguieron  días terribles, me dio fiebre, perdí el apetito, vomitaba. Mi amiga  confirmó que los síntomas, eran iguales a los de su mamá. Por fin una  monja me obligó a confesar la verdad. 

-Estoy embarazada -admití hipando. 
Me vi cogida de un brazo y llevada por el aire hasta la oficina de la Madre Superiora. 

Así comenzó mi horror por las muñecas y mi curiosidad por ese asunto misterioso cuyo solo nombre era impronunciable: sexo. 

Las  niñas de mi generación carecíamos de instinto sexual, eso lo inventaron  Master y Johnson mucho después. Sólo los varones padecían de ese mal  que podía conducirlos al infierno y que hacía de ellos unos faunos en  potencia durante todas sus vidas.

Cuando  una hacía alguna pregunta escabrosa, había dos tipos de respuesta,  según la madre que nos tocara en suerte. La explicación tradicional era  la cigüeña que venía de París y la moderna era sobre flores y abejas. Mi  madre era moderna, pero la relación entre el polen y la muñeca en mi  barriga me resultaba poco clara. 

A los siete años me prepararon para la Primera Comunión. 

Antes  de recibir la hostia había que confesarse. Me llevaron a la iglesia, me  arrodillé detrás de una cortina de felpa negra y traté de recordar mi lista de pecados, pero se me olvidaron todos. 

En medio de la oscuridad y el olor a incienso escuché una voz con acento de Galicia. 

-¿Te has tocado el cuerpo con las manos? 
-Sí, padre. 
-¿A menudo, hija? 
-Todos los días... 
-¡Todos  los días!¡Esa es una ofensa gravísima a los ojos de Dios, la pureza es la mayor virtud de una niña, debes prometer que no lo harás más! 

Prometí,  claro, aunque no imaginaba cómo podría lavarme la cara o cepillarme los  dientes sin tocarme el cuerpo con las manos. (Este traumático episodio  me sirvió para "Eva Luna", treinta y tantos años más tarde. Una nunca  sabe para qué se está entrenando). 

Nací  al sur del mundo, durante la Segunda Guerra Mundial en el seno de una  familia emancipada e intelectual en algunos aspectos y casi paleolítica  en otros. 

Me  crié en el hogar de mis abuelos, una casa estrafalaria donde  deambulaban los fantasmas invocados por mi abuela con su mesa de tres  patas. 

Vivían  allí dos tíos solteros, un poco excéntricos, como casi todos los  miembros de mi familia. Uno de ellos había viajado a la India y le quedó  el gusto por los asuntos de los fakires, andaba apenas cubierto por un  taparrabos 
recitando los 999 nombres de Dios en sánscrito. 


El  otro era un personaje adorable, peinado como Carlos Gardel y amante  apasionado de la lectura. (Ambos sirvieron de modelos -algo exagerados,  lo admito-para Jaime y Nicolás en "La casa de los espíritus"). 

La  casa estaba llena de libros, se amontonaban por todas partes, crecían  como una flora indomable, se reproducían ante nuestros ojos. 

Nadie  censuraba o guiaba mis lecturas y así leí al Marqués de Sade, pero creo  que era un texto muy avanzado para mi edad el autor daba por sabidas  cosas que yo ignoraba por completo, me faltaban referencias elementales. 

El  único hombre que había visto desnudo era mi tío, el fakir, sentado en  el patio contemplando la luna y me sentí algo defraudada por ese pequeño  apéndice que cabía holgadamente en mi estuche de lápices de colores.  ¿Tanto alboroto por eso? 


A  los once años yo vivía en Bolivia. Mi madre se había casado con un  diplomático, hombre de ideas avanzadas, que me puso en un colegio mixto.  Tardé meses en acostumbrarme a convivir con varones, andaba siempre con  las orejas 
rojas y me enamoraba todos los días de uno diferente. 

Los  muchachos eran unos salvajes cuyas actividades se limitaban al fútbol y  las peleas del recreo, pero mis compañeras estaban en la edad de  medirse el contorno del busto y anotar en una libreta los besos que  recibían. Había que especificar detalles: quién, dónde, cómo. Había  algunas afortunadas que podían escribir:" Felipe, en el baño, con  lengua." 

Yo  fingía que esas cosas no me interesaban, me vestía de hombre y me  trepaba a los árboles para disimular que era casi enana y menos sexy que  un pollo.

En  la clase de biología nos enseñaban algo de anatomía y el proceso de  fabricación de los bebés, pero era muy difícil imaginarlo. 

Lo más atrevido que llegamos a ver en una ilustración fue una madre amamantando a un recién nacido. 

De  lo demás no sabíamos nada y nunca nos mencionaron el placer, así es que  el meollo del asunto se nos escapaba ¿por qué los adultos hacían esa  cochinada? 

La  erección era un secreto bien guardado por los muchachos, tal como la  menstruación lo era por las niñas. La literatura me parecía evasiva y yo  no iba al cine, pero dudo que allí se pudiera ver algo erótico en esa  época. 

Las  relaciones con los muchachos consistían en empujones, manotazos y  recados de las amigas: dice el Keenan que quiere darte un beso, dile que  sí pero con los ojos cerrados, dice que ahora ya no tiene ganas, dile  que es un estúpido, dice que más estúpida eres tú y así nos pasábamos  todo el año escolar. 

La máxima intimidad consistía en masticar por turnos el mismo chicle. 
Una vez pude luchar cuerpo a cuerpo con el famoso Keenan, un pelirrojo a quien todas las niñas amábamos en secreto. 

Me  sacó sangre de narices, pero esa mole pecosa y jadeante aplastándome  contra las piedras del patio, es uno de los recuerdos más excitantes de  mi vida. 

En  otra ocasión me invitó a bailar en una fiesta. A La Paz no había  llegado el impacto del rock que empezaba a sacudir al mundo, todavía nos  arrullaban Nat King Cole y Bing Crosby (¡Oh, Dios! ¿Era eso la  prehistoria? ). 

Se  bailaba abrazados, a veces chic-to-chic, pero yo era tan diminuta que  mi mejilla apenas alcanzaba la hebilla del cinturón de cualquier joven  normal. 

Keenan  me apretó un poco y sentí algo duro a la altura del bolsillo de su  pantalón y de mis costillas. Le di unos golpecitos con las puntas de los  dedos y le pedí que se quitara las llaves, porque me hacían daño. Salió  corriendo y no regresó a la fiesta. Ahora, que conozco más de la  naturaleza humana, la única explicación que se me ocurre para su comportamiento es que tal vez no eran las llaves. 

En  1956 mi familia se había trasladado al Líbano y yo había vuelto a un colegio de señoritas, esta vez a una escuela inglesa cuáquera, donde el  sexo simplemente no existía, había sido suprimido del universo por la  flema británica y el celo de los predicadores. Beirut era la perla del  Medio Oriente.

En  esa ciudad se depositaban las fortunas de los jeques, había sucursales  de las tiendas de los más famosos modistos y joyeros de Europa, los  Cadillac con ribetes de oro puro circulaban en las calles junto a  camellos y mulas. 

Muchas  mujeres ya no usaban velo y algunas estudiantes se ponían pantalones,  pero todavía existía esa firme línea fronteriza que durante milenios  separó a los sexos. 


La  sensualidad impregnaba el aire, flotaba como el olor a manteca de  cordero, el calor del mediodía y el canto del muecín convocando a la  oración desde el alminar. El deseo, la lujuria, lo prohibido... 

Las  niñas no salían solas y los niños también debían cuidarse. Mi padrastro les entregó largos alfileres de sombrero a mis hermanos, para que se defendieran de los pellizcos en la calle. 

En  el recreo del colegio pasaban de mano en mano foto-novelas editadas en  la India con traducción al francés, una versión muy manoseada de "El  amante de Lady Chaterley" y pocket-books sobre orgías de Calígula. 

Mi  padrastro tenía "Las "Mil y Una Noches" bajo llave en su armario, pero  yo descubrí la manera de abrir el mueble y leer a escondidas trozos de  esos magníficos libros de cuero rojo con letras de oro. 

Me  zambullí en el mundo sin retorno de la fantasía, guiada por huríes de  piel de leche, genios que habitaban en las botellas y príncipes dotados  de un inagotable entusiasmo para hacer el amor. 

Todo  lo que había a mi alrededor invitaba a la sensualidad y mis hormonas  estaban a punto de explotar como granadas, pero en Beirut vivía  prácticamente encerrada. 

Las  niñas decentes no hablaban siquiera con muchachos, a pesar de lo cual  tuve un amigo, hijo de un mercader de alfombras, que me visitaba para  tomar Coca-Cola en la terraza. 

Era  tan rico, que tenía motoneta con chófer. Entre la vigilancia de mi  madre y la de su chófer, nunca tuvimos ocasión de estar solos. 

Yo  era plana. Ahora no tiene importancia, pero en los cincuenta eso era  una tragedia, los senos eran considerados la esencia de la feminidad. La  moda se 
encargaba de resaltarlos: sweater ceñido, cinturón ancho de  elástico, faldas infladas con vuelos almidonados. 


Una  mujer pechugona tenía el futuro asegurado. Los modelos eran Jane  Mansfield, Gina Lollobrigida, Sofía Loren. Qué podía hacer una chica sin  pechos? Ponerse rellenos.
Eran  dos medias esferas de goma que a la menor presión se hundían sin que  una lo percibiera. Se volvían súbitamente cóncavos, hasta que de pronto  se escuchaba un terrible plop-plop y las gomas volvían a su posición  original, 
paralizando al pretendiente que estuviera cerca y sumiendo a  la usuaria en atroz humillación. 

También  se desplazaban y podía quedar una sobre el esternón y la otra bajo el  brazo, o ambas flotando en la alberca detrás de la nadadora. 

En 1958 el Líbano estaba amenazado por la guerra civil. 
Después  de la crisis del Canal de Suez se agudizaron las rivalidades entre los sectores musulmanes, inspirados en la política pan arábiga de Gamal  Abder Nasser, y el gobierno cristiano. 

El Presidente Camile Chamoun pidió ayuda a Eisenhower y en julio desembarcó la VI Flota norteamericana. 

De  los portaaviones desembarcaron cientos de marines bien nutridos y  ávidos de sexo. Los padres redoblaron la vigilancia de sus hijas, pero  era imposible evitar que los jóvenes se encontraran. 

Me  escapé del colegio para ir a bailar con los yanquis. Experimenté la  borrachera del pecado y del rockn'roll. Por primera vez mi escaso tamaño  resultaba ventajoso, porque con una sola mano los fornidos marines  podían lanzarme por el aire, darme dos vueltas sobre sus cabezas rapadas  y arrastrarme por el suelo al ritmo de la guitarra frenética de Elvis  Presley. 

Entre dos volteretas recibí el primer beso de mi carrera y su sabor a cerveza y a Ketchup me duró dos años. 

Los  disturbios en el Líbano obligaron a mi padrastro a enviar a los niños  de regreso a Chile. Otra vez viví en la casa de mi abuelo. 

A  los quince años, cuando planeaba meterme a monja para disimular que me  quedaría solterona, un joven me distinguió por allí abajo, sobre el  dibujo de la alfombra, y me sonrió. 

Creo  que le divertía mi aspecto. Me colgué de su cintura y no lo solté hasta cinco años después, cuando por fin aceptó casarse conmigo. 

La píldora anticonceptiva ya se había inventado, pero en Chile todavía se hablaba de ella en susurros. 

Se  suponía que el sexo era para los hombres y el romance para las mujeres,  ellos debían seducirnos para que les diéramos la prueba de amor" y  nosotras debíamos resistir para llegar "puras" al matrimonio, aunque  dudo que muchas lo lograran. 

No sé exactamente cómo tuve dos hijos. Y entonces sucedió lo que todos esperábamos desde hacía varios años. 

La ola de liberación de los sesenta recorrió América del Sur y llegó hasta ese 
rincón al final del continente donde yo vivía. 

Arte  pop, mini-falda, droga, sexo, bikini y los Beattles. Todas imitábamos a  Brigitte Bardot, despeinada, con los labios hinchados y una blusita  miserable a
punto de reventar bajo la presión de su feminidad. 

De  pronto un revés inesperado: se acabaron las exuberantes divas francesas  o italianas, la moda impuso a la modelo inglesa Twiggy, una especie de  hermafrodita famélico. Para entonces a mí me habían salido pechugas, así  es que de nuevo me encontré al lado opuesto del estereotipo. 

Se  hablaba de orgías, intercambio de parejas, pornografía. Sólo se  hablaba, yo nunca las vi. Los homosexuales salieron de la oscuridad, sin  embargo yo cumplí 28 años sin imaginar cómo lo hacen. 

Surgieron  los movimientos feministas y tres o cuatro mujeres nos sacamos el  sostén, lo ensartamos en un palo de escoba y salimos a desfilar, pero como nadie nos siguió, regresamos abochornadas a nuestras casas. 

Florecieron  los hippies y durante varios años anduve vestida con harapos y  abalorios de la India. Intenté fumar mariguana pero después de aspirar  seis cigarros sin volar ni un poco, comprendí que era un esfuerzo  inútil. 


Paz y amor. Sobre todo amor libre, aunque para mí llegaba tarde, porque estaba irremisiblemente casada. 

Mi  primer reportaje en la revista donde trabajaba fue un escándalo.  Durante una cena en casa de un renombrado político, alguien me felicitó  por un artículo de humor que había publicado y preguntó si no pensaba  escribir algo en serio. 
Respondí lo primero que me vino a la mente: sí,  me gustaría entrevistar a una mujer infiel. 

Hubo  un silencio gélido en la mesa y luego la conversación derivó hacia la  comida. Pero a la hora del café la dueña de casa -treinta y ocho años,  delgada,ejecutiva en una oficina gubernamental, traje Chanel- me llevó  aparte y me dijo que sí le juraba guardar el secreto de su identidad,  ella aceptaba ser entrevistada. 

Al  día siguiente me presenté en su oficina con una grabadora. Me contó que  era infiel porque disponía de tiempo libre después de almuerzo, porque  el sexo era 
bueno para el ánimo, la salud y la propia estima y porque  los hombres no estaban tan mal, después de todo. 

Es  decir, por las mismas razones de tantos maridos infieles, posiblemente  el suyo entre ellos. No estaba enamorada, no sufría ninguna culpa,  mantenía una 
discreta garçonière que compartía con dos amigas tan  liberadas cómo ella. 

Mi  conclusión, después de un simple cálculo matemático, fue que las  mujeres son tan infieles como los hombres, porque sino ¿con quién lo  hacen ellos? No puede ser solo entre ellos o todos siempre con el mismo  puñado de voluntarias. 

Nadie  perdonó el reportaje, como tal vez lo hubieran hecho si la entrevistada  tuviera un marido en silla de ruedas y un amante desesperado. 

El placer sin culpa ni excusas resultaba inaceptable en una mujer. A la revista llegaron cientos de cartas insultándonos. 

Aterrada,  la directora me ordenó escribir un artículo sobre "la mujer fiel".  Todavía estoy buscando una que lo sea por buenas razones. 

Eran  tiempos de desconcierto y confusión para las mujeres de mi edad.  Leíamos el Informe Kinsey, el Kamasutra y los libros de las feministas  norteamericanas, pero no lográbamos sacudirnos la moralina en que nos  habían criado. 


Los  hombres todavía exigían lo que no estaba dispuestos a ofrecer, es  decir, que sus novias fueran vírgenes y sus esposas castas. Las parejas  entraron en crisis, casi todas mis amistades se separaron. En Chile no  hay divorcio, lo 
cual facilita las cosas, porque la gente se separa y se  junta sin trámites burocráticos. 

Yo tenía un buen matrimonio y drenaba la mayor parte de mis inquietudes en mi trabajo.
Mientras  en la casa actuaba como madre y esposa abnegada, en la revista y en mi  programa de televisión aprovechaba cualquier excusa para hacer en  público lo que no me atrevía a hacer en privado, por ejemplo,  disfrazarme de corista, con plumas de avestruz en el trasero y una  esmeralda de vidrio pegada en el ombligo. 

En 1975 mi familia y yo abandonamos Chile, porque no podíamos seguir viviendo bajo la dictadura del General Pinochet. 

El  apogeo de la liberación sexual nos sorprendió en Venezuela, un país  cálido,donde la sensualidad se expresa sin subterfugios. 

En las playas se ven machos bigotudos con unos bikinis diseñados para resaltar lo que contienen. 

Las  mujeres más hermosas del mundo (ganan todos los concursos de belleza),  caminan por la calle buscando guerra, al son de una música secreta que  llevan 
en las caderas. 


En  la primera mitad de los 80 no se podía ver ninguna película, excepto  las de Walt Disney, sin que aparecieran por lo menos dos criaturas  copulando. Hasta en los documentales científicos había amebas o  pingüinos que lo hacían.
Fui  con mi madre a ver "El Imperio de los Sentidos" y no se inmutó. Mi  padrastro les prestaba sus famosos libros eróticos a los nietos, porque resultaban de una ingenuidad conmovedora comparados con cualquier  revista que podían comprar en los kioscos. 

Había  que estudiar mucho para salir airosa de las preguntas de los hijos  (mamá ¿qué es pedofilia?) y fingir naturalidad cuando las criaturas  inflaban condones
y los colgaban como globos en las fiestas de  cumpleaños. 

Ordenando  el closet de mi hijo adolescente encontré un libro forrado en papel marrón y con mi larga experiencia adiviné el contenido antes de abrirlo. 

No me equivoqué, era uno de esos modernos manuales que se cambian en el colegio por estampas de futbolistas. 

Al  ver a dos amantes frotándose con mousse de salmón me di cuenta de todo  lo que me había perdido en la vida. ¡Tantos años cocinando y desconocía  los múltiples usos del salmón! ¿En que habíamos estado mi marido y yo  durante todo 
ese tiempo? Ni siquiera teníamos un espejo en el techo del 
dormitorio. 



Decidimos  ponernos al día, pero después de algunas contorsiones muy peligrosas -como comprobamos más tarde en las radiografías de columna- amanecimos  echándonos linimento en las articulaciones, en vez de mousse en el punto  G. 

Cuando  mi hija Paula terminó el colegio entró a estudiar Psicología con  especialización en sexualidad humana. Le advertí que era una  imprudencia, que su vocación no sería bien comprendida, no estábamos en  Suecia. 

Pero  ella insistió. Paula tenia un novio siciliano cuyos planes eran casarse  por la iglesia y engendrar muchos hijos, una vez que ella aprendiera a  cocinar pasta. 

Físicamente  mi hija engañaba a cualquiera, parecía una virgen de Murillo, grácil,  dulce, de pelo largo y ojos lánguidos, nadie imaginaría que era experta en esas cosas. 

En  medio del Seminario de Sexualidad yo hice un viaje a Holanda y ella me llamó por teléfono para pedirme que le trajera cierto material de  estudio. Tuve que ir con una lista en la mano a una tienda en Ámsterdam y  comprar unos 
artefactos de goma rosada en forma de plátanos. 

Eso  no fue lo más bochornoso. Lo peor fue cuando en la aduana de Caracas me abrieron la maleta y tuve que explicar que no eran para mí, sino para  mi hija. 

Paula  empezó a circular por todas partes con una maleta de juguetes  pornográficos y el siciliano perdió la paciencia. Su argumento me  pareció razonable: no estaba dispuesto a soportar que su novia anduviera  midiéndole los orgasmos a otras personas. 

Mientras  duraron los cursos, en casa vimos videos con todas las combinaciones posibles: mujeres con burros, parapléjicos con sordomudas, tres chinas y  un anciano, etc. 

Venían  a tomar el té transexuales, lesbianas,necrofílicos, onanistas, y  mientras la virgen de Murillo ofrecía pastelitos, yo aprendía cómo los cirujanos convierten a un hombre en mujer mediante un trozo de tripa. 

La  verdad es que pasé años preparándome para cuando nacieran mis nietos.  
Compré botas con tacones de estilete, látigos de siete puntas, muñecas  infladas con orificios practicables y bálsamos afrodisíacos, aprendí de  memoria las posiciones sagradas del erotismo hindú y cuando empezaba a  entrenar al perro para fotos artísticas, apareció el Sida y la  liberación sexual se fue al diablo. 

En  menos de un año todo cambió. Mi hijo Nicolás ¡ ya se cortó los mechones  verdes que coronaban su cabeza, se quitó sus catorce alfileres de las  orejas y decidió que era más sano vivir en pareja monogámica. Paula  abandonó la 
sexología, porque parece que ya no era rentable, y en cambio  se propuso hacer una maestría en educación cognoscitiva y aprender a  cocinar pasta con la esperanza de encontrar otro novio. 

Lo encontró, se casaron y luego vino la muerte y se la llevó, pero esa es otra historia. 

Yo compré ositos de peluche para los futuros nietos, me comi ía mousse de salmón y ahora cuido mis flores y mis abejas. 


Isabel Allende

jueves, 23 de septiembre de 2010

“Todas somos BARBIES”.

Compró un Corvette sin ayuda de KEN, viste su cuerpo de impacto con ropa de diseñador y ha tenido éxito en 108 profesiones. Esa es Barbie. ¿Pero qué significa realmente para nosotras?, ¿una amiga o el epítome de nuestras frustraciones?

Desde hace ya más de medio siglo ha sido el reflejo que ha definido la sociedad. Es la representación histórica de la mujer; de lo que sueña ser la mujer promedio. ¿Pero realmente es solo una posesión o es un modelo de comportamiento?
¿Pueden cumplirse los anhelos de una vida y un cuerpo perfecto, o nuestro destino es la frustración?
 Nuestra generación determinó, a partir de la diversión;  aspirar a ser “ella”. Y pese a lo que muchas personas y profesionales expresan, la opinión de  muchas de las adultas actuales que jugábamos (y aún lo hacemos) con Barbie,  es que fue más que un objeto de deseo, fue quien nos hizo compañía en buenos y malos momentos.  Gracias a ella muchas niñas pudimos escapar y  refugiar  nuestra  infancia en esos sueños donde juntas éramos protagonistas. Olvidar un poco los problemas heredados a destiempo, los divorcios mal convenidos y los reclamos sin auditorio.  Vemos en el juguete un elemento que nos dio diversión y no necesariamente determinó nuestras aspiraciones.

Y sí lo hizo, creo que fue positivamente. El instinto progresista se debe ante todo a muchos aspectos encontrados en la historia; como la presencia de una opresión social y doméstica que hoy persiste. La libertad sexual que probablemente sí estaba permitida para ella, pues con su afinada cintura, escotes pronunciados y atuendos glamorosos, se convirtió en emblema mundial. Pero con ella otros movimientos, otro despertar, un impulso transmisor de sueños que aun sigue fresco y vigente a pesar de ser una cincuentona.

En mi opinión muy personal, devota al culto “Barbie”, admiradora de su sistema de “Diva” y  que hoy soy madre, esposa y mujer profesional; creo que como ella, o Candy-Candy y  La mujer Maravilla, solo fueron ejemplos de un estilo de vida, de una idea de heroína que al final aporta o hace desmérito en la medida en que permitimos ser permeados.

Nuestros valores debieron ser firmes y ese deber era de nuestros padres; como es nuestro hoy en día el trasegar a nuestras hijas e hijos  la semilla de la buena moral, del respeto, de la superación personal por mérito propio y no por oportunismo; por supuesto manteniendo el sistema de Barbie aún vigente: “antes muerta que sencilla”…a lo que yo agregaría: ¡“Princesas ante todo”!

!Buen fin de semana a todos!

Raquel Cabrera

viernes, 17 de septiembre de 2010

Las mujeres feas…





Se reflexiona a diario sobre la belleza, sobre los estereotipos. Se discrimina la fealdad, pero…¿Realmente existe tal diferencia entre las bellas y las feas?
Si buscas con la mirada sólo la apariencia física,
tus ojos verán sólo la superficie de ellas…
Superficie que se desgasta.
¿Mujeres bellas? ¿Mujeres feas?
¿Podrían delimitarse ambos conceptos?
Creo que sí, pero no lo define lo estético. A la mujer hay que conocerla adentrando en su alma,
a la cual se puede llegar sólo a través de sus ojos.
¿Acaso los tropiezos de la vida
no afectan a una y a otra por igual?
¿No aman, no lloran, no ríen, no sufren,
no comparten sueños y esperanzas en esta vida?
¿No tienen virtudes, no tienen defectos,
ni las afecta la soledad?
Sería más coherente suscribir esta idea:
"La belleza de la mujer está en el alma,
y sólo los ojos de los entendidos pueden mirarla".
¿Acaso la delicadeza no se encuentra
en el interior de ellas?
¿Acaso ambas no tiemblan al roce de un beso o se enternecen
al contemplar una bella flor, o la voz de su hijo al decir "mamá"?
No es un concepto que haga
justicia a su esencia. Tengo amigas que se consideran feas,
y amigas bellas y para verlas; sólo  tengo los ojos del amor y la amistad que…ven su verdadera esencia,
porque ya sean bellas o sean feas
son amigas, confidentes, esposas, madres,
amantes, novias, compañeras…
que ofrecen a todos los que están
cerca de ellas la dicha
de contemplar su verdadera
naturaleza:
¡La de ser MUJER!

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Oír y escuchar, no son cosas de todos los días.


En nuestro hogar siempre buscamos nuevas formas de contar historias, jugar y hasta de hablar.
-Rapunzel, en lo alto de su torre, no puede escuchar bien al príncipe, cuando este grita: “!Rapunzel, suéltate el pelo!; entonces ella hurga entre sus cosas, encuentra un velo y se lo lanza.

O por ejemplo: Cenicienta no pudo escuchar las campanadas del reloj a media noche y por esto se rompió el hechizo; y  Blanca Nieves, en casa de los enanos no escuchó el golpe de la puerta, lo cual es mejor por que así no puede entrar la reina malvada disfrazada de viejita ofreciéndole la manzana envenenada.

A todos nos encantan esas historias, y sobre todo disfrutan toda mi dramatización y mi narrativa. Pero más Alejandra, ella tiene lo que se considera una discapacidad auditiva. Nació sorda, y hoy escucha bien a través de implante coclear, por esto hacemos que los percances auditivos que suceden en los cuentos no le sean ajenos.
 Les fascinan a ambas las historias de princesas que superan obstáculos, y encuentran al bello príncipe (en especial el momento del beso, que dramatizo con papá). Ambas son muy especiales.
Nuestra casa es igual o más ruidosa que las demás. Paula habla con un volumen por encima de lo normal, y cuando ven la tele o están con sus juegos electrónicos siempre lo “suben “mas.
A veces parece como si la sala estuviera en movimiento. Cuando suena el teléfono, a veces tengo que tomar la llamada y pedir permiso para empezar a bajar todo, pues es imposible saber al instante quien es y que dice.

Hace ya algún tiempo, recibí una llamada a mi celular y tuve que irme a la habitación para poder hablar con claridad, pero ellas se percataron y fueron tras de mi a trasladar el desorden a mi habitación, casi no podía oír mi voz cuando le hablaba a la mamá que estaba al otro lado del teléfono. Me había llamado dicha madre por que sabia de toda la historia que habíamos vivido con Alejandra. De nuestros procesos, de nuestro progreso, y también de nuestra fortaleza para poder enfrentar aquel duro diagnóstico de una sordera profunda bilateral, dada a nuestra hija de 11 meses. Su bebe había nacido sorda. Hablamos de muchas cosas, de sistemas de aprendizaje, de terapias, de escuelas, y ayuda en casa; pero sobre todo recibió el consuelo de una madre amiga.
Cuando colgué el teléfono, las niñas automáticamente quisieron saber quien era y por que contaba “nuestra “historia.
Les dije: es un madre, a quien no conozco pero alguien que sabe de nuestro caso, le dio mis datos para que yo la orientara con relación a su bebe que nació sorda. Paula asintió con la cabeza pues es mayor y maneja el tema, y volvió  a lo suyo.
Alejandra, como aun no maneja conceptos tan densos, volvió a preguntarme pues no entendió lo que le había contado a su hermana.
-¿Mamá, que fue?
-Amor, hay una bebe, que es sorda como tu, no escucha y su mamá quiso hablar conmigo.
-¿Que es eso? Me preguntó Alejandra.
-No escucha como tu, cuando no tienes tu aparato.
-¿Alejandra no “cucha”?
-No amor, ves cuando no tienes el aparato no puedes escuchar, ella esta así pero todo el tiempo (con señas le explico) no escucha!
- ¡Ah , Alejandra "no cucha" podte fe fue la luz!  OK!

 Me quede inmóvil, incrédula, sin saber que decirle. Me di cuenta del regalo que me estaba dando ella a mí: su identidad no tiene nada que ver con su sordera. Mis plegarias y nuestro esfuerzo de padres y de familia de convertirla en un ente integrado y sin distinción, estaba trabajando; pero del modo que yo no veía, tal vez no en los demás, pero si en ella. Alejandra se ve a si misma como una niña, así de sencillo. Como una princesa vencedora de obstáculos….y nada más.


Raquel Cabrera

Nota al margen: Las frases que parecen mal escritas, es la forma  real como pronuncia Alejandra esas palabras. 

martes, 20 de julio de 2010

Tome uno; si gusta!

Al buscar rosas, podemos no tener ojos para las violetas. ......  
Por tanto, si te fijas bien verás que los males de los hombres son fruto de su elección; y que la fuente de sus decisiones es generalmente la maduración de conceptos sociales, manoseados hasta su deformación. Soy de las que piensan que debemos formarnos nuestras propias opiniones con cada experiencia y que el feminismo no significa enfrascarnos en la lucha de géneros solo por ganar. Esta fiesta es de a dos. Pero definitivamente estas frases, basadas en una gran experiencia, o no; evidencian mucho de la realidad que se  obtiene después de haber crecido en pareja, perdido la batalla de la convivencia en familia o simplemente, el saldo de un corazón “partio”.

 Comparto estos consejos  de “OPRAH WINFREY” con respecto a los hombres.
    
  Ø        SI UN HOMBRE QUIERE CONTIGO, NADA PUEDE APARTARLO. 
Ø        SI EL NO QUIERE CONTIGO, NADA PUEDE HACER QUE SE QUEDE.
Ø        DEJA DE DAR EXCUSAS POR UN HOMBRE Y SU COMPORTAMIENTO.
Ø        DEJA A TU INTUICIÓN (O ESPÍRITU) PARA SALVARTE DE UN CORAZÓN ROTO.
Ø        DEJA DE TRATAR DE CAMBIAR TU FORMA DE SER POR UNA RELACIÓN QUE NO 
VALE NADA PARA TI
Ø        LENTO  ES LO MEJOR
Ø        NUNCA DEJES TU VIDA POR UN HOMBRE ANTES DE SABER QUÉ ES LO QUE REALMENTE TE HACE FELÍZ.
Ø        SI UNA RELACIÓN TERMINA POR QUE UN HOMBRE NO TE HA TRATADO COMO TE LO MERECES, QUE NI SE TE OCURRA, NO PUEDEN SER AMIGOS. ¡UN AMIGO NO PUEDE MALTRATAR A OTRO!
Ø        SI SIENTES QUE EL TE ESTÁ ASFIXIANDO, ENTONCES PROBABLEMENTE LO ESTÁ.
Ø        NO TE QUEDES PORQUE CREES QUE EL VA A MEJORAR, TE SENTIRAS MAL CONTIGO UN AÑO DESPUÉS POR QUEDARTE CUANDO LAS COSAS NO MEJORARON.
Ø        LA ÚNICA PERSONA QUE PUEDES CONTROLAR EN UNA RELACIÓN ES A TI.
Ø        EVITA A HOMBRES QUE TIENEN MUCHOS NIÑOS DE DIFERENTES MUJERES. NO SE CASÓ CON ELLAS CUANDO LAS EMBARAZÓ, ¿PORQUÉ A TI TE TRATARÁ DE MANERA DIFERENTE?
Ø        SIEMPRE TEN TU PROPIO GRUPO DE AMIGOS DIFERENTES QUE EL.
Ø        MANTEN TU DISTANCIA EN COMO UN HOMBRE TE TRATA. SI ALGO TE MOLESTA, HÁBLALO.
Ø        NUNCA DEJES QUE UN HOMBRE SEPA TODO. EL LO USARÁ DESPUÉS ENCONTRA TUYA.
Ø        NO PUEDES CAMBIAR EL COMPORTAMIENTO DE LOS HOMBRES. LOS CAMBIOS VIENEN DESDE ADENTRO.
Ø        NUNCA DEJES QUE SIENTA QUE ES MÁS IMPORTANTE QUE LO QUE TU ERES; AUNQUE EL TENGA MEJOR EDUCACIÓN O UN MEJOR TRABAJO
Ø        NO LO HAGAS SENTIR UN SEMI – DIOS; EL ES UN HOMBRE, NI MÁS NI MENOS.
Ø        NUNCA DEJES QUE UN HOMBRE DEFINA QUIEN ERES.
Ø        NUNCA TOMES PRESTADO EL HOMBRE DE ALGUIEN MÁS.
Ø        UN HOMBRE TE TRATARÁ COMO QUIERES QUE TE TRATEN.
Ø        LOS HOMBRES NO SON PERROS.
Ø        NO DEBES DE SER SIEMPRE EL QUE PONGA DE SU PARTE. COMPROMISO ES DE DOS SENTIDOS.
Ø        NECESITAS TIEMPO PARA SANAR ENTRE RALACIONES.
Ø        ARREGLA TUS PROBLEMAS ANTES DE BUSCAR UNA NUEVA RELACIÓN, NUNCA DEBES DE BUSCAR A ALGUIEN QUE TE COMPLEMENTE. UNA RELACIÓN CONSISTE EN 2 PERSONAS COMPLETAS.
Ø        BUSCA ALGUIEN COMPLEMENTARIO... NO SUPLEMENTARIO.
Ø        SALIR CON ALGUIEN  ES DIVERTIDO... AUNQUE NO SEA EL SEÑOR CORRECTO.
Ø        HAZ QUE TE EXTRAÑE DE VEZ EN CUANDO... CUANDO UN HOMBRE SABE SIEMPRE DONDE ESTAS, Y SIEMPRE   ESTAS DISPONIBLE PARA EL;  SE CREE GRAN COSA.
Ø        NUNCA TE MUDES A LA CASA DE SU MAMÁ. NUNCA!!
Ø        NO TE COMPROMETAS TONTAMENTE CON UN HOMBRE QUE NO TE DA TODO LO QUE NECESITAS.
Ø        DÉJALO EN TU RADAR PERO CONOCE A OTROS.
Ø        TENER MIEDO DE ESTAR SÓLA ES LO QUE HACE QUE MUJERES SE QUEDEN EN UNA RELACIÓN ABUSIVA O DOLOROSA (DR. PHIL)
Ø        DEBES DE SABER ESTO:
TU ERES LA MEJOR COSA QUE LE PUEDE PASAR A ALGUIEN Y SI UN HOMBRE TE MALTRATA, EL SE PERDERÁ DE LAS BUENAS COSAS.
Ø        SI TE ATRAJO DE PRIMERA VISTA, DEBES DE SABER QUE NO ES EL ÚNICO. TODOS TE MIRAN, ENTONCES TIENES MUCHAS OPCIONES.
Ø        TOMA LA DECISIÓN ADECUADA.
Ø        MUJERES CUIDEN DE SU CORAZÓN.
Ø        COMPARTAN ESTA INFORMACION  CON OTRAS MUJERES Y CON HOMBRES (SÓLO PARA QUE LO SEPAN)...HARÁS QUE  ALGUIEN MAS PIENSE MEJOR SUS DECISIONES Y ALGUIEN MAS ESTARA PREPARADA.

jueves, 1 de julio de 2010

Para ti, mi sol!

"..A mi hija Paula en el día de su cumple años no. 12"


Cuando Naciste, todo mi universo se iluminó con un nuevo sentido, con un nuevo color.
Tu existencia fue una bendición y di gracias a Dios por ello...aún la sigo dando.


El tenerte entre mis brazos por primera vez hizo correr por mi rostro estrellas convertidas en lágrimas de gozo, y el sol que antes conocía ya no brillaba con el mismo color. Ahora era más intenso; crecía...
El fruto de mi cuerpo como regalo divino llegó repartiendo amor, paz y nobleza a todo su alrededor. Hoy han pasado 12 años. Aun tu corta edad te hace espléndida  pues tu noble corazón es especial y a la vez tan frágil. A veces siento miedo de que el mundo no esté preparado para tu bondad, pero sé que Dios, te ha hecho grande como tu corazón y siempre estará a tu lado, permitiéndonos acompañarte en este tu paso por la vida.

12 años que entre nosotros has reinado. Dándonos el gozo de ser una mejor familia. Al educarte y verte crecer no puedo dejar de pensar en la evolución de la vida, y saber que un día , al igual que mi padre, te veré partir. Y tus abuelos se harán mas viejos, y yo seré como tus abuelos. Mi corazón de madre aun no lo entiende, pero lo acepta. Y con libertad te llevare a tu destino, y como siempre seré tu  madre, por que eso me has enseñado a ser, madre para ti y por ti. Feliz cumple años divino tesoro.

Tu madre
RCA.
02/07/2010

miércoles, 30 de junio de 2010

¿Por que ser otra, cuando puedes ser tú misma?




"Más pertinaz que el odio, más intensa que los celos y antigua como el hombre. Así es la envidia, una pasión universal que nadie reconoce sentir” (Revista muy Interesante)
En mi intensa búsqueda de material para actualizar mi blog, y continuar alimentando mi preparación en la comunicación, descubrí un artículo incluido en dicho reportaje con palabras muy familiares y muy parecidas a mí. Tan familiares que pensé: !solo pueden haber salido de un lugar; de mí y no las autoricé!. Pero seguí indagando y he descubierto que he sido plagiada. Si. Increíble, pero cierto. Alguien roba mi identidad. No niego que se siente un poco de rabia, que  los años de preparación y formación obtenidos alguien quiera hacerlos pasar como suyos, pero por otro lado le dí  riendas sueltas a mi criterio analítico y me empapé de información científica que explica este fenómeno y entendí que esas cosas  solo les pasa a los que tienen  envidia, un sentimiento tan viejo como el hombre del que se ha dicho que es el más vergonzoso de los vicios.
De hecho, se le considera tan deshonroso que incluso un personaje  tan ilustre como el filósofo Francis Bacon (el creador del método de estudio científico) no ha dudado en afirmar que la envidia es un “gusano roedor del mérito y la gloria”. La Real Academia Española, más tibia en su definición, la considera un “pesar del bien ajeno”.
Es un intento por negar la frustración que nos produce la gloria ajena, por tanto  nos comportamos de muy distintas formas. Algunas personas optan por imitar a quienes envidian; otras, si se ven incapaces de alcanzar el mismo objetivo, se deprimen y, por último, un tercer grupo de individuos se desvive por criticar e incluso conspirar contra quienes les han superado. Todo depende de la importancia que se dé al objeto de nuestra envidia y, sobre todo, de quién sea el envidiado.
Lo que me llevó a pensar sobre qué tan baja puede ser  la estima de esa persona. Y si  como ella muchas más  sobreviven  de la constante comparación con los demás. Pensando siempre que la otra persona tiene algo que él  desea y que  considera importante y lo envidia porque cree que no lo puede tener. Tal vez preparación, hermosura, dinero, familia, seguridad ó la misma confianza en si mism@.
Esto me llevó a sacar  mis propias conclusiones: “La envidia es una perdida de tiempo, la persona que envidia no es capaz de ver sus bendiciones y talentos. La envidia lleva a que la persona sienta un vacío creando resentimiento y sentimientos de que nunca es lo suficientemente bueno, lo cual lo  mantendrá en una constante infelicidad.”
Pero como creo en la causalidad; así como encontré ese día el elemento para hacer este reporte, espero así que también él o la portadora de ese sentimiento pueda llegar a este artículo y que le sirva como elemento de evolución. Que pueda superar el resentimiento y que logre algo por si mism@.
Creo firmemente que hay que concentrarse en lo que se tiene y ser agradecido de la vida y de los talentos que nos han tocado. Creo que siempre hay oportunidad para recomenzar, para reinventarnos, y de mejorar como personas sanas.
Todos tenemos la capacidad de brillar. Seguir ejemplos de manera positiva es bueno, pero a través de la envidia solo reconoces que no te amas a ti mism@ y que siendo alguien más podrás ser feliz. Creo que Dios nos hizo a su imagen y semejanza pero muy distintos entre sí, entonces, por qué ser otra persona….cuando puedes ser tu misma?
Bendiciones para ti.
RCA