viernes, 2 de septiembre de 2011

!GRITAR!


En los últimos tiempos  estuve bastante compulsiva. Haciendo  cosas como si fuera el último día, de verdad... una locura. Años atrás, solo caminaba, salía o hablaba con mi amiga Ysabel, contándole de las conquistas, las aspiraciones amorosas, la ropa que estaba en la vitrina de tal o cual tienda, o la playa con mis nenas un poco más pequeñas….daba igual...

Supongo que no tenía esa necesidad de silencio que ahora encuentro entre mis escritos, en mi propio mundo.
Aunque nunca descarto las noches ni los días de amarrar ideas y salir a lanzarlas al mar o al fondo de un precipicio.

Quiero ir a bailar. Pero bailar como una loca. Lo hago acá en casa con Alejandra, que ama bailar y lo hace con muchos estilo y sentido del ritmo a pesar de su condición, terminando siempre  en saltos en las camas, y correteo por los pasillos, tratando de incluir a la Pau que anda con síndrome de niña abandona,  que no la quieren y que no camina por encima de los muebles porque ella es grande,  tiene conciencia y no es Wendy en el país de nunca jamás, en fin....que se las da de grande pero solo a su conveniencia.

Hoy, siento que merezco el beneficio del grito en mi transcurrir diario por la ciudad, lo necesito. Lo grave es que no es tan fácil gritar, de verdad, no es tan sencillo. Llegas con tu auto y te bajas corriendo hacia la orilla de algún puente, o en un lugar apartado de la carretera como si llevaras un parapente y fueras a volar. 

No  lo tienes que pensar porque si no el grito no sale. Similar al bloqueo en un barranco, o cuando tienes que saltar del trampolín mas alto de la piscina, no hay que pensar.

Entonces, si hago las cosas como debo, el grito sale. Algo como esto ¡Uaaahhhhhhh! Así que con esa U delante del grito no queda muy de película, pero funciona. Además, justo después de ese punto en la carretera todo es cuesta abajo y, realmente, parece que te has quitado un peso de encima.

Una semana que se va llena de reflexiones. Porque hay semanas que no pasan demasiadas cosas, pero esta semana me han explotado muchas bombas.
Y no puedo decidir mucho porque yo misma  estoy a la expectativa ¿se puede estar a la expectativa sin expectativas?.
Empiezan los reclamos personales, las preguntas sin respuestas. Y este anticiclón (que se agradece) viene cargado de proyectos y des proyectos, como si el deseo perpetuo de un cambio hubiese convertido  los conformismos en letargo, y es que ahora no está el frío en el estomago que me impedía actuar, ni la posición estática de alguien que espera dirección. Ahora, pese al resfrío que nos deja nuestro cambiante clima,  voy a ser capaz de irme a una playa y caminar descalza.

Solo una mini plegaria, en plan versito PRE -navideño,porque ahora salgo volando (gritando, saltando y más) hacia mis cotidianidades, que ya voy tarde. Y mañana será sábado inevitable de recibir, siempre tan esperado fin de semana…
Pero la playa emocional la quiero con anticiclón incluido, y ahí mi plegaria. Esperare por mí paz y la que por ende debo llevar a los míos:
Dentro de mí existe un rayo, un calor y una tregua,
-Los dejare arder  mientras espero el invierno, tan solo dos días o tres, quizás.
 Luego el  tiempo, y el sol, me obligaran a colgar el habito y volver a emprender   mi ciclo con mas fuerza; por ahora, solo necesito gritar!

Feliz fin de semana Princesas!
RCA