lunes, 27 de julio de 2009

El hombre, el Padre, el Compañero...



Haciendo debut de mis primeras dolencias amorosas, lloraba escondida en mi habitación. Con más miedo que verguenza, observé que mi padre se acercó y me preguntó el motivo de tanta tristeza. Le expliqué muy vagamente pues no queria parecer muy evidente de que a mi primera intención de una relación seria ya me habian traicionado, pero hubo una frase tan especial que dijo mi padre esa tarde, que hasta el día de hoy, la recuerdo llena de fuerza...

Mi padre acariciándome la cabeza dijo: "Hija mía, enamórate de un Gran Hombre y no volverás a llorar..." me pregunté tantas veces, cuál era la fórmula exacta para encontrar a ese gran hombre y no dejarme vencer por las pequeñeces...
Al cabo de unos años tomé una dicisión que ahora no me parece ni buena ni mala, sólo que ese no era el "gran hombre" que buscaba, y terminé en una separación física y emocional muy tormentosa a mi muy temprana edad.

Seguí buscando pues mi meta era clara, y al cabo del tiempo fui advirtiendo que si tan solo todos los hombres lucháran por ser grandes de espíritu, grandes de alma y grandes de corazón... ¡el mundo sería completamente distinto!.

Aprendí que un Gran Hombre no es aquel que compra todo lo que desea, pues hay tantos que compran hasta el cariño y el respeto de quienes los rodean.

Mi padre me decía: "No busques a un hombre que solo hable de sí mismo, sin preocuparse por ti... Ni a aquel que se pase las horas halagando sus propios logros... No te aferres a un hombre que te critique y te diga lo mal que te ves... o lo mucho que deberías cambiar...


¿Para qué quieres a un hombre que te abandonará si no cambias, por un cabello más claro?, ¿Por unos ojos de otro color? ¿o por un cuerpo más esbelto, si no supo admirar la verdadera belleza que hay en ti?".

Cuantas veces lo sentí preocupado por mi vida como adulta y decirme cosas que paradójicamente a él no le habian tocado recibir en esta vida, por parte de una mujer. Haciendo a un lado a quienes realmente le entregaban su sinceridad e integridad ha sucumbido a la superficialidad y me costó mucho más trabajo comprender que GRAN HOMBRE no es el que llega más alto, ni el que tiene más dinero, casa, carro, ni el que vive rodeado de mujeres, ni mucho menos el más guapo. Un verdadero y gran hombre es aquel ser humano lleno de transparencia, que no oculta sus verdaderos sentimientos ni se refugia en vicios y cortinas de humo, es el que abre su corazón sin rechazar la realidad, es quien admira a una mujer por sus cimientos morales y grandeza interior. Un Gran Hombre, es el que camina de frente, sin bajar la mirada, es aquel que no miente y sabe llorar su dolor...

Hoy estoy felizmente casada, y ese Gran Hombre con quien me casé no es ni el más popular, ni el más perseguido, ni el más solicitado, ni mucho menos el más adinerado. Ese Gran Hombre es quien simplemente me acogió en la grandeza de mi ser, es quien me hace sonreír por lo mucho que hemos conseguido juntos, por todas sus ocurrencias, por cada recuerdo que estamos atesorando y por la alegría de compartir dos hijas que llenan nuestras vidas. Ese Gran Hombre, me ama tanto que no se cansa de besar mis manos,de tocarme, de mirarme. Me quiere por lo que soy y por lo que somos cuando estamos juntos... Y al cabo del tiempo a mi padre no le tocó la misma suerte de encontrar esa gran compañera; pero le agradezco tanto su energia depositada para mostrarme el camino que hoy lo regocija, sabiéndome feliz y segura en los brazos de ese "Gran Hombre"

A esos dos grandes hombres de mi vida: "Feliz dia del padre"!

1 comentario:

Jose A. Uribe dijo...

Precioso princesa ciruela. Me admiro pero no me sorprende la calidad de tus palabras en forma narrativa.

Gracias por compartir este post tan edificante, sincero y amoroso.

Un abrazo